Concha

Concha es una pedanía del municipio de Tartanedo, en la provincia de Guadalajara, comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, en España. Esta a una altitud de 1205 m.

Concha

Actualmente, Concha depende administrativamente del municipio de Tartanedo.  Está a una altitud de 1205 metros sobre el nivel del mar.

El casco urbano se divide en dos partes: la de arriba, el Pimpollo y la de abajo, con dos plazas: la del Juego de la Pelota y la de la Fuente, con el pilón.

Al borde del Camino Real y a pocos metros de la fuente, se encuentra la casa del Mayorazgo, mandada construir en el siglo XVII por la familia López Mayoral, dedicados a la ganadería. en ella vivió don Gregorio López de la Torre y Malo (1700‑1769). En su casa –ahora cerrada- se conserva todavía la antañona estructura primitiva: ancho portal con soberbio empedrado de dibujos geométricos. Gran escalera de tramos cortos: cocina típica, y, en la cara meridional, donde estuvieron las cuadras, puerta tallada en sillar montada de balcón con fecha del siglo XIX, y en el interior restos de pinturas en una saleta de recibimiento. Algunas curiosas rejas en los escasos vanos, y un huerto al fondo.

La iglesia parroquial de San Juan Bautista, a las afueras de la población, fue construida en el siglo XVI y reformada en el siglo XVII. De planta rectangular y una sola nave, bóveda de cañón y crucería sencilla, con ábside poligonal y contrafuertes. La torre es también de planta rectangular, con dos partes diferenciadas, la primera en mampostería y sillar, al igual que el resto de la iglesia, y la parte superior totalmente de sillar, con vanos en arco de medio punto. La portada cuenta también con un arco de medio punto, en donde se puede leer «Yglesia de Asilo». El interior consta de una sola nave, con bóvedas de crucerías sobre el presbiterio poligonal. Columnas adosadas en los muros, rematadas en capiteles estilo renacimiento, corriendo entre ellos un friso estilo griego. En el interior se admiran varios retablos interesantes, barrocos. El mayor, totalmente dorado, sostiene una talla de San Juan, y otras de Santo Domingo y San Francisco. Es obra del artista molinés Miguel Herber, quien lo levantó en el siglo XVIII. En otro, más pequeño, buenas tallas de San Antonio y San Esteban.

Al borde del antiguo Camino Real que desde Madrid conducía a Zaragoza, y resguardado del viento norte por un leve recuesto en el cual asienta, Concha tuvo en lo antiguo, como tantos otros lugares del Señorío molinés, inmensos caudales ganaderos.

Otro retablo presenta una primitiva talla de San Juan, obra del siglo XVI, que proviene de una ermita de los alrededores. El más interesante retablo es el de la Virgen del Pilar, en el que hoy se venera una pequeña talla de San Antón. Se remata con talla en bajorrelieve de Jesús Niño entre San José y la Virgen. En la predela, aparece una talla alargada en la que de modo rudimentario y muy popular, aparece la Virgen María sobre un pilar, teniendo a su izquierda dos mujeres arrodilladas y a su derecha tres hombres en la misma postura, el último de ellos de aspecto infantil. A lo largo de un pequeño friso de esta predela se lee lo siguiente: «Este retablo hizo a su costa y debozión el L. D. Gregorio López de la Torre y Dª Francisca Martínez Año de 1737». Las figuras talladas representan indudablemente a los donantes, y el más joven de los varones es su hijo Joaquín, que heredó el mayorazgo.

Todo el término de Concha es poco accidentado y dedicado a la agricultura y bosques. Existen canteras de jaspe encarnado y amarillo. En su término se encuentran los restos del antiguo pueblo de Chilluentes, que aún estaba habitado en el siglo XVII. Quedan restos de edificios, fragmentos de una torre vigía y ruinas de la que fue su iglesia, muy probablemente de estilo románico, dedicada a San Vicente Mártir.

Don Gregorio López de la Torre y Malo

En Concha reverbera la memoria de un personaje muy especial del siglo XVIII. Que allí vivió, allí escribió, y allí recibió, -en su casona- a muchos grandes personajes de la historia.

Gregorio López de la Torre Malo (1699 – 1771) nació en la localidad de Mazarete, en el extremo oriental del señorío del Ducado de Medinaceli, frontera casi con el Señorío de Molina. Murió en Concha, en la Sexma del Campo del Señorío de Molina. Pasó su vida entre esos dos pueblos, especialmente en el último, donde tenía la gran mansión que se denominaba la “Casa del Mayorazgo”, levantada en la orilla del que fue muchos años Camino Real de Madrid a Zaragoza. Vivió además en Madrid, donde ejerció su profesión de abogado, así como en Molina de Aragón, donde tenía también casa.

Era su familia de hidalga prosapia. Pertenecían a los López Mayoral, de Mazarete, ricos ganaderos durante los siglos XVI al XVIII, con casa raiz de enormes proporciones y talladas portadas, con escudos y símbolos ganaderos. De su casa natal, entera hasta hace unos años, y ahora derribada, se han conservado algunos fragmentos de fachada y ventanales.

Tuvo también ancestros en Tortuera, de donde eran los López notables terratenientes y ganaderos, con muchos de sus miembros en cargos de importancia de la administración borbónica, y eclesiástica, tras haber pasado por las aulas de Alcalá, y Salamanca.

Concha

Estudió en Alcalá y se hizo licenciado en ambos derechos. Abogado de los Reales Consejos y casado con Dª. Francisca Martínez Malo y Cubillas, natural de Concha, en este lugar vivió durante muchos años, dedicado a la lectura, a la escritura y a la administración de sus bienes. A su cuñada y Abadesa del monasterio cisterciense de la Buenafuente del Sistal, en el Señorío de Molina, le dedicó una de sus más interesantes obras: “Carta Histórica a Doña Librada Martínez Malo, priora del Monasterio de Buenafuente”. Su obra más notable, publicada en 1746, es la “Chorográfica descripción del muy noble, leal, fidelísimo y valerosísimo Señorío de Molina”.

Dice de él Julian González Reinoso en su obra inédita “Libros de las Genealogías del Señorío de Molina”, en su capítulo 21 dedicado a los “de la Torre” que entre otros individuos de esta familia destacó “Don Gregorio López de la Torre Malo, natural de Mazarete y vecino de Concha, Abogado de los Reales Consejos, escribió una Historia breve de Molina y su Señorío, año 1740, que corre impresa, y asimismo editó el Índice de todos los documentos del Archivo del Ayuntamiento de Molina”.

De cuando vivía en Concha, Gregorio tuvo la costumbre de anotar en un cuaderno los personajes (famosos para su época) que transitaban por el Camino Real que pasaba junto a su casa. En ese documento, se puede comprobar, con asombro, la cantidad de gente que pasaba entonces, mediado el siglo XVIII, por este Camino Real que comunicaba Madrid con Zaragoza, y nos permite imaginar la amabilidad con que nuestro escritor recibía a todo tipo de caminantes, peregrinos, infantes de España y ministros de su gobierno… todos tenían que andar, en carrozas o a pie, sobre mulas o en tartanas desvencijadas, por aquellas sendas polvorientas de la Sesma del Campo. Entre otros muchos, saludó allí al Conde de Aranda, quien paró un rato a charlar con don Gregorio, a las sombras de las acacias.